Número 1 de EL CAMPESINO

LA OCUPACIÓN DE LA FINCA BUENA VISTA, UN PASO DADO PARA RECUPERAR LA LA DIGNIDAD JORNALERA



La ocupación de la finca Buena Vista, situada en el municipio cordobés de El Carpio, ha supuesto el primer paso hacia adelante de los jornaleros andaluces desde hace varias décadas. El suceso ocurrió hace ya casi un mes, a través de 200 jornaleros que trabajaban dicha finca, propiedad de los duques de Alba, los mayores terratenientes y ricos del estado, y unos de los acaparadores de tierras más famosos de Europa. Los jornaleros rápidamente comenzaron a trabajar la tierra, quedándose para sí todo el fruto de su trabajo, obteniendo así una rentabilidad de la tierra mucho mayor a la que obtenía con el misero salario que los duques de Alba les dispensaban por jornales de sol a sol. En la acción tuvieron y mantienen todo el apoyo tanto moral como de militantes del Partido Obrero de Unificación Marxista, así como de los afiliados del sindicato comunista ASI, y del anarcosindicato libertario CNT, en sus federaciones agrarias.

Los jornaleros han creado, asimismo, la Cooperativa Obrera Buena Vista, que pretende ser un foco que extienda una rebelión de todos los jornaleros y pequeños campesinos, para que acabar con un latifundismo que sigue siendo tan grande como el que había durante la II República, y que comercializa los productos de la finca, que son en su mayoría olivos, patatas, pimientos y cebollas, cultivos de secano que abundan en el campo andaluz y cordobés. Los jornaleros pretenden asimismo contactar con cooperativas del sector de venta de productos agrícolas, con el objetivo de asegurar la salida de los alimentos y de crear una red de solidaridad entre las cooperativas obreras de todos los sectores.

La finca ha sido asimismo equipada con diversos accesorios que pretenden extender las ideas revolucionarias y socialistas en el conjunto de los jornaleros, ya de por sí bastante concienciados en sus ideales anticapitalistas. Compañeros anarquistas o socialistas de las organizaciones obreras arriba mencionadas realizan charlas y debates con los compañeros jornaleros, al mismo tiempo que les ayudan en su labor diaria y extienden por las ciudades y urbes andaluces el limpio cántico de la libertad lograda con el sudor y la revuelta social. La dignidad, tantas décadas y siglos pisoteada por los terratenientes, vuelve al campo andaluz. El egocentrismo del señorito andaluz se vuelve terror, y en las caras de los grandes propietarios agrarios surge la inquietud y el miedo de perder sus instrumentos de opresión, de perder las herramientas mediante las cuáles viven a costa del sudor de otros, y se enrriquecen mediante el trabajo de personas que no consideran más que meros sirvientes modernos.

La Cooperativa Obrera Buena Vista es el primer paso hacia la revolución social en el campo andaluz y español. Hoy es El Carpio, mañana será toda Córdoba, y pasado, toda España retumbará ante las trompetas que dictan sentencia y que traen consigo un reclamo, un lema, un objetivo: Recuperar la tierra, que la azada rompa la arena y reparta equitativamente el fruto de su trabajo, que la tierra sea para quién la trabaja, y que las colectivizaciones agrarias que hace 41 años inundaron de justicia social y de alegría a las masas campesinas y jornaleras aragonesas, llenen hoy las esperanzas y anhelos del pueblo andaluz



PRUEBA DE FUEGO PARA EL NUEVO GOBIERNO

La legítima ocupación de fincas por parte de los jornaleros, está suponiendo un quebradero de cabeza para el que va a ser nuestro gobernante durante (se supone) cuatro años. En nuevo gobierno electo, que se proclama partidario de la vía rupturista, tiene que tomar pronto una decisión acerca de qué hacer con el proceso que nosotros los trabajadores del campo estamos haciendo. Es necesario que el PSD elija: o los terratenientes o los jornaleros, es decir, o los explotadores o los explotados.

La primera reacción no tardó en llegar: "El Partido Socialdemócrata pide al POUM y a los sindicatos que abandonen esa propiedad". Esas fueron las palabras expuestas por el señor Montero, con lo que parece que a priori tendremos dificultades para lograr nuestro justo objetivo: que la tierra sea de quien la trabaje. Desde los sindicatos agrarios que llevamos a cabo esta colectivización, todavía guardamos esperanzas de que podamos salir victoriosos en nuestra reclamación. No nos conformamos con esa reforma agraria que nos prometen. Además, tenemos sospechas de cuál será su reforma agraria si se posiciona contra las expropiaciones a grandes latifundistas como la Duquesa de Alba.



Tanto el POUM, como ASI, y como la CNT, son conscientes de que la lucha campesina en la finca Buena Vista es necesaria si queremos mantener esta colectivización y promover posteriores acciones parecidas. Ya se redactó en la II República una Reforma Agraria y sus resultados no fueron los deseados, por ello los campesinos ocuparon tierras siendo fusilados o quemados vivos por ello, como sucedió en Casas Viejas. Por suerte, no parece que sea la intención de Montero repetir una masacre, aunque a algunos sectores de la derecha les gustaría. Pero nos gustaría que tengan en cuenta, que seguir permitiendo la existencia de tierras sin cultivar cuando muchos de los jornaleros pasamos hambre, es permitir una violencia terrible fruto del sistema capitalista.

En definitiva, los jornaleros aquí reunidos mandamos esta pregunta al nuevo gobierno, ¿con nosotros o con ellos? Porque aquí no hay término medio. O se permite la colectivización de los trabajadores, o se respeta la salvaje explotación de los Duques de Alba. Terratenientes o trabajadores, no hay medias tintas que valgan en estas tierras de contraste social.

Por último, nos gustaría también mostrar nuestro apoyo a los huelguistas de las ciudades. Ánimo, continúen con la lucha. Señor Montero, tiene en estos trabajadores otro punto importante. Saque a los presos obreros a las calles y desmilitarice las huelgas.



LA IMPRENTA



Nos gustaría hablarles del trabajo que hacemos con esta revista. La redacción está hecha por los jornaleros. Tenemos una serie de compañeros que se dedican la fabricación y a la distribución de esta revista, aunque estos cargos son rotativos, ya que el aprendizaje no es especialmente complicado y así nos libramos tanto de privilegios como de una excesiva monotonía en nuestro trabajo. Los artículos proceden de las ideas que nos proponen los campesinos. Nos da igual que sean de esta ocupación o no, aunque en este caso, dado que es nuestro primer número, todos son obra de miembros de esta colectivización. Por desgracia, varios de nuestros compañeros son analfabetos, pero siempre hay alguien dispuesto a escribir sus disquisiciones. Además, los textos son leídos en público, de manera que toda la comunidad puede aportar ideas. De esta forma, lo que nosotros estamos mostrando no es la idea de una sola persona, de un solo jornalero, sino de todo el grupo de trabajadores de la finca Buena Vista.

Las máquinas y materiales necesarios provienen de los sindicatos CNT y ASI, así como del POUM, y los instalamos en uno de los cobertizos de la finca, al que lógicamente le llamamos "La Imprenta".

La distribución no la hacemos por empresas privadas sino que nos servimos de las relaciones en los sindicatos y en el POUM, así como con otros compañeros, que nos ayudan a expandirlo por toda la península. Ofrecemos un número diferente de ejemplares dependiendo de quién nos lo pida. Nuestra prioridad es que llegue a las zonas rurales de España, por lo que encontrarlo en una ciudad puede ser más complicado. La constante amenza de los cuerpos represivos del estado o privados nos hacen estar alerta y las condiciones no nos permiten manejar un volumen de números tan grande como nos gustaría.

Este número, como ya dijimos, está hecho solamente por los jornaleros que estamos ocupando esta finca, pero nos gustaría que todos los trabajadores del campo, ya sean jornaleros como nosotros, pequeño propietarios, o en otro régimen que les suponga la explotación del capital, colaborasen con esta revista. Nuestra dirección es: Finca Buena Vista s/n, El Carpio, Córdoba. También pueden contactar con cualquier sindicato de ASI o CNT o en un local del POUM, los cuales podrán llegar hasta nosotros los textos que recibamos.

¡Viva el campesinado y su lucha emancipadora!

¡La tierra es de quien la trabaja!



EL LATIFUNDISMO ANDALUZ Y ESPAÑOL, UN PROBLEMA QUE VIENE DE LEJOS



El problema del latifundismo en el campo andaluz no es un problema nuevo. La actualidad y la noticia de última hora manda, pero la ocupación de la finca Buena Vista no es más que un nuevo episodio dentro de la vida de los jornaleros andaluces y del latifundismo que impera en la tierra agraria de nuestra región. El latifundismo se remonta a la repartición de tierras que se hizo en Andalucía tras el triunfo de los reinos cristianos sobre los reinos moros. Desde esa época, apenas ha variado el reparto de la tierra en Andalucía, siempre en manos de duques, condesas y señoritos de largos apellidos, tan largos como su sinvergonzería.

Más de la mitad de la tierra que tiene categoría de agrícola pertenece a unas pocas manos, a unos pocos propietarios que poseen cientos de hectáreas, en su mayoría no cultivadas, dando paso a una lamentable situación. Y es que, mientras que los duques de Alba poseen una de las fortunas más grandes de Europa, los jornaleros andaluces viven en la más absoluta de las miserias, trabajando solo en temporada, cuando toca la fecha de la recolección de determinados frutos y plantas, estando el resto del año sin poder trabajar y sin cobrar ningún subsidio público.

Además, los salarios y jornales cobrados por ellos son infinitamente inferiores a la ganancia del terrateniente, lo que provoca la ira y la indignación de una clase obrera campesina que apenas posee tierras, que trabaja ocasionalmente, en condiciones laborales lamentables, y que no poseen apenas capacidad económica para llevar una vida aceptable. La miseria, el analfabetismo y el hambre son los rasgos característicos de un pueblo jornalero que nunca ha sido escuchado por las instituciones, y que encontró en el anarquismo y el colectivismo agrario su ideología, la bandera que enarbolar para hacer ver al resto del proletariado y del mundo sus reivindicaciones.

Los jornaleros no piden más que justicia. No piden más que la tierra que trabajan, tierra que les sobra a los terratenientes y que les hace falta a los compañeros para poder salir de la miseria y vivir dignamente. Piden que el gobierno les ayude, que les inyecte financiación para modernizar el campo y para crear cooperativas. El campo andaluz no confía en el gobierno, por ello no espera la burocracia. Porque ya en la II República esa misma burocracia acabó con la Reforma Agraria, y esta vez, en 1977, es el pueblo que el que va por delante del gobierno. Es el pueblo el que sale a la calle.

El latifundismo es un mal, un cáncer a erradicar en la sociedad futura, y los jornaleros, de la mano de los sindicatos combativos, del anarcosindicato CNT y del comunista ASI, junto a los camaradas del POUM, van a luchar bravamente para que la tierra sea, por fin, de quien la trabaja, para que se acabe la miseria en la que viven, y para que los señoritos andaluces tiemblen ante el huracán revolucionario que se les viene encima.