El Correo del Pueblo

El PTE es un partido político ilegal. En este periodo de transición es absolutamente necesario que todos apoyemos sin fisuras la legalización de todos los partidos sin exclusión. Un solo "pero", una sola excepción, supondría el resquebrajamiento inevitable de todo el sistema que ahora se pretende edificar con el nombre de "democracia". Digámoslo claro: no hay democracia si una parte del pueblo, aun siendo la minoría más nimia, queda excluida y se le imposibilita defender sus ideas. Las ideas no pueden ser ilegales; podrá serlo el método para llevarlas a cabo o incluso el realizarlas, pero no las ideas por sí mismas. Por lo tanto es de pura lógica democrática que cualquier partido y cualquier ciudadano puedan defenderlas y que estén representadas en su justa medida en aquellos parlamentos que reflejen la opinión ciudadana.

El PTE es marxista-leninista. Creemos en la desaparición de la propiedad privada, en la cooperación entre todos los individuos para lograr el progreso y el bien común. Sin embargo en este periodo postdictatorial y que esperamos que acabe en democracia no defenderemos nuestras ideas. No haremos nada que vaya en contra de ellas pero tampoco nada que las favorezca sobre otras igual de respetables aunque, a nuestro juicio, muy equivocadas. En estos momentos lo prioritario es la construcción de un sistema democrático que represente fielmente al pueblo. Un sistema asentado sobre la igualdad de oportunidades para todas las ideologías; que todas lleguen por igual a cada ciudadano y que sea éste quien libremente y desde la formación (y la información) tome partido.

La represión a los trabajadores, la persecución política, las torturas y muertes a manos de policías, las detenciones de los discrepantes... todo eso son zancadillas a la democracia y no muestran una predisposición real en el gobierno. Nunca llegaremos a ser un país de libertades si durante la supuesta gestación de éstas se vulneran desde el propio poder.

El PTE se compromete a defender la libertad y a oponerse pacíficamente a todo acto de imposición. No les daremos coartadas para que empleen la violencia contra nosotros. La comunidad internacional es testigo de esta promesa.

Dentro de la ilegalidad tenemos que actuar igual que si fuéramos legales: nuestro mensaje debe llegar a cada trabajador de este país. El desconocimiento nos hace débiles y sólo mediante la información podremos todos los trabajadores llegar a ser los dueños de nuestro esfuerzo y terminar con la neoesclavitud capitalista.

Parte de los militantes de PTE acudirán a las empresas para concienciar a los compañeros y animarlos a afiliarse a nuestro partido. La unión obrera se antoja absolutamente necesaria para que en el cambio que todos esperamos que se produzca en España seamos protagonistas y no meros espectadores.

Caer en las manos de los tecnócratas, de los políticos profesionales, de las élites ideológicas, sería un simple cambio de imagen, una careta de aparente democracia, que seguiría excluyendo a los trabajadores en la toma de decisiones fundamentales.

En la ilegalidad nos haremos fuertes; en la legalidad, los más fuertes.

La Dirección General de Seguridad, siguiendo las recomendaciones de los gobiernos civiles de las provincias donde están instaladas vuestras imprentas y puntos de distribución, ha ordenado el cierre de vuestros locales de impresión y la confiscación de máquinas y material diverso.

34 militantes del PTE en toda España han sido detenidos en el transcurso de esta operación.

Spoiler:

En cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Orden Público tras la demanda presentada por vuestros abogados, vuestras imprentas tienen permiso para volver a abrir. Se os devuelve el material incautado y 30 militantes son puestos en libertad sin cargos.

Los otros cuatro militantes siguen presos al encontrárseles causas de desórdenes públicos y en un caso, posesión de armas.

La sentencia asimismo fija una indemnización de 200.000 pesetas por daños y perjuicios a pagar por el Estado.

Esto no es una noticia. En España la ultraderecha lleva cuarenta años matando y así sigue. Los últimos en caer han sido unos compañeros de CCOO, abogados laboralistas. Mientras tanto el gobierno permanece impasible. Pone más empeño en cerrar nuestra imprenta -por lo que hemos estado sin publicar nada en los últimos días- que en acabar con el terrorismo ultraderechista.

El PTE va a movilizarse para expresarse su rechazo a esta muestra de brutalidad. Desde la ilegalidad o desde la clandestinidad; con grilletes o con la soga al cuello, seguiremos luchando por nuestras ideas.

Ahora mismo algunos compañeros permanecen detenidos y nuestros abogados trabajando para que puedan soltarlos pronto.

Un gran éxito el de la manifestación de los demócratas (y el gobierno) por la libertad y contra el fascismo. Que tanta gente se haya atrevido a salir a la calle para mostrar su repulsa hacia todos aquellos que durante cuarenta años nos tuvieron oprimidos, condenados a la clandestinidad, es un primer paso para lograr una normalidad democrática.



Especialmente llamativo es ver cómo precisamente algunos de los miembros más destacados de los partidos ilegales eran los que sostenían la pancarta que abría la manifestación, codo con codo con el presidente del gobierno.

Coordinación Democrática ha demostrado que no existen razones para que unos partidos sean legales y otros no, y para el gobierno de Suárez sólo queda una salida: aceptar con naturalidad y sin miedos extraños, más producto de sus propios remordimientos que de otra cosa, el que los partidos comunistas puedan ser una opción más dentro del abanico democrático.

Desde el PTE se expresa una lealtad absoluta a la democracia y a la libertad del pueblo.